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domingo, 31 de enero de 2010

Se estrena en el Teatro Apolo la obra "El bailarín del cabaret" el 12 de mayo de 1922

Ignacio Corsini hace una creación de su interpretación de "El patotero sentimental", y así se afianza como galán cantor y futuro gran intérprete de la música popular

Corria el año 1922 y Corsini aún no se había mudado a su casa de la calle Otamendi 676, ubicada en el Parque Centenario.

El Caballero Cantor y su familia vivían por aquel entonces en una casa familiar ubicada en la entonces calle Corrientes "angosta" al 1318, entre Talcahuano y Uruguay, en el barrio de San Nicolás, en la misma vereda del Teatro Apolo. Eran los tiempos en que la calle corrientes distaba mucho de ser la amplia avenida que es en la actualidad, aunque sin perjuicio de ello, florecían los teatros y proliferaban los cabarets que la hicieron legendaria y que tan bien supieron reflejar las letras de los tangos en boga en aquella primera mitad de los años veinte.

Esta casa familiar era un inquilinato de los que abundaban en aquellos tiempos en la ciudad de Buenos Aires y que, mal o bien permitían resolver los problemas de vivienda a quienes no podían acceder a tener la suya propia. En aquellos años 20, estos inquilinatos eran ocupados por obreros y empleados (solos o con sus familias), y tambien por artistas, escritores, periodistas, actores, poetas y músicos que luchaban por sobrevivir con su arte.

Allí, recuerda el Dr. Ignacio Corsini (h.) -quien a la sazón contaba entonces con 11 años de edad-, vivían entre otros la actriz Tita Merello, quien por aquellos tiempos era una jóven muchacha de 17 años.

Asi la evoca el hijo del Caballero Cantor: "Tita, en plena adolescencia, era una hermosa morocha... solía llevarme a pasear frecuentemente...".

Tita Merello fallece en Buenos Aires el 24 de diciembre de 2002, en la habitación N° 924 del noveno piso de la Fundación Favaloro. Al día siguiente, el cortejo fúnebre que conducía sus restos se detuvo unos minutos en la Fundación Favaloro y luego volvió a detenerse una última vez mas en Avenida Corrientes al 1300, recordando el lugar donde la actriz había vivido en sus años de adolescencia.

Hoy, un monolito colocado frente a la numeración 1318 de la Avenida Corrientes, recuerda aquel inquilinato donde Tita pasó aquellos primeros años juveniles , y aunque la referencia histórica no hace mención alguna al paso de Ignacio Corsini por esa casa, desde estas páginas lo incluimos también en el homenaje. Valga pues entonces el recuerdo a estas dos grandes figuras de la cultura popular argentina, que alguna vez supieron coincidir durante sus tiempos de lucha, en la humildad del inquilinato.


El Teatro Apolo


La historia del Teatro Apolo es, como la historia de muchas teatros porteños, una historia de contrastes. Por un lado el brillo y esplendor de sus mejores épocas, las salas colmadas, las grandes personalidades del teatro nacional en incesante desfile, y por el otro el lento declive, las sombras y la demolición final. Un penoso lugar común para muchas de nuestras mas preciadas salas teatrales, a través de las cuales se construyó noche a noche la historia del teatro argentino y del espectáculo popular: así desaparecieron el Politeama, el Odeon y tantos otros. En este caso, afortunadamente, el Apolo se diferencia de aquellos, porque luego de su demolición fue oportunamente reconstruido y actualmente se encuentra en funcionamiento con su nombre y prestigio originales.

Haciendo un poco de historia, el Teatro Apolo fue originalmente inaugurado el 21 de marzo de 1892, y la familia Podestá durante décadas supo hacer brillar su escenario con sainetes y obras de género popular.
En aquella velada inaugural, que coincidió con el inicio del otoño de 1892, no obstante se presentó una función a beneficio de la Sociedad de Damas de la Caridad, donde el programa incluía: 1° Sinfonía; 2° La comedia en tres actos "Divorciémonos" y 3° El Juguete cómico en un acto "Las codornices".

Ese mismo año de 1892, es el año en que concluye su mandato presidencial el Dr. Carlos Pellegrini, luego de haber asumido el cargo ante la renuncia de Miguel Juarez Celman en 1890. Luego del triunfo de la fórmula "Luis Saenz Peña-José Evaristo Uriburu", Carlos Pellegrini deja su cargo el 12 de octubre. La renuncia del presidente Juarez Celman, se produce una semana despúes de la rendición de la Revolución del Parque (revolución del 90) , siendo ésta su consecuencia política inmediata. La aparición de una sociedad civil urbana y el ingreso de la clase media a la vida política, fue su consecuencia social. Juarez Celman se vió obligado además a renunciar por la ruinosa situación financiera en que se encontraba el país, producto del excesivo gasto público, la especulación inmobiliaria y financiera, la concesión de obras públicas a personas de su circulo íntimo, y una altísima inflación. Todo ello generó protestas sociales y culminó con la Revolución del Parque. El exceso de concentración de poder en su persona y sus funcionarios, le valieron a su gobierno el nombre de "Unicato".

Volviendo al Teatro Apolo, éste continuó en píe hasta su demolición en el año 1960, hasta que a mediados de julio de 1966, fue reconstruido cuando la Compáñía "Nuevo Teatro - Cooperativa de trabajo", fundada por Pedro pasquini y Alejandra Boero, inició su temporada en dicha sala y se hizo cargo de su gestión hasta 1971. Dicha compañía estaba integrada nada menos que por actores de la talla de Hector Alterio, Rubens Correa, Norberto Pagani, Lucrecia Capello, Jorge Hacker y enrique Pinti.
Posteriormente, hacia fines de la década del 70, la sala cambió su nombre por el de "Teatro Lorange" entonces como sala de teatro y cine indistintamente, hasta los años 90.

Luego de permanecer durante unos años cerrado, el 27 de julio de 2009, es reinaugurado por segunda vez, ahora con su nombre original, e inicia su nueva etapa a partir del 5 de agosto de 2009, con el estreno de "El rey Lear", protagonizada por Alfredo Alcón.


El Bailarín del Cabaret

En 1921, Ignacio Corsini es contratado por Julio Traversa para integrar la compañía teatral de César Ratti, en el Teatro Apolo. Si bien en temporadas anteriores de su actividad profesional como actor, el Caballero Cantor había actuado esporádicamente en dicha sala, es a partir de la incorporación a la citada compañía que su presencia en el Apolo, comienza a ser prácticamente permanente. Se presentará en el futuro en dicho teatro formando parte de distintas compañías hasta el año 1926. En 1927 pasará a con la compañía de Luis Arata al Teatro Cómico, hoy Teatro Lola Menbrives, ubicado en Avenida Corrientes 1280, a escasos 100 metros del Apolo.

El Caballero Cantor cuenta en 1921 con 30 años cumplidos y se distingue ya como apuesto galán y buen cantor de las cosas nuestras. Alto, rubio, con excelente dicción y esbelta figura, integrará el elenco de dicha compañía (en sus distintas denominaciones) encarnando personajes en gran cantidad de obras durante las temporadas de los años 1921 y 1922, según la siguiente cronología que presententamos a continuación.


1921 - Compañia Blanca Podestá, Cesar Ratti y Julio Traversa:

- "El nido de Cóndores", de Alberto Weisbach. Estrenada en el Teatro Apolo el 3 de marzo de 1921,
- "A las 9 en el convento" de Ballestero y Schaefer Gallo. Estrenada en el Teatro Apolo el 31 de marzo de 1921.
- "La carrera del charrúa", (Una vida estudiantil) de Pedro Benjamín Aquino. Estrenada en el Teatro Apolo el 5 de abril de 1921.
- "La cueva de los buhos", de Eduardo Trongé y Atilio Cattaneo. Estrenada en el Teatro Apolo el 1° de junio de 1921.
- "De puerta en puerta", de fumo Dowton y Mones Ruiz. Estrenada en el Teatro Apolo, el 14 de junio de 1921.
- "Negro y van siete", de E. Geminiani. Estrenada en el Teatro Apolo, el 25 de junio de 1921.
- "Y muerto el perro", de Pedro Benjamín Aquino. Estrenada en el Teatro Apolo, el 7 de julio de 1921.
- "Y colorín, colorao", de F. Collazo y T. Insausti. Estrenada en el Teatro Apolo, el 23 de julio de 1921.
- "Pasionaria", de J. Luque Lobos. Estrenada en el Teatro Apolo el 5 de agosto de 1921. En esta obra Ignacio Corsini entona una Payada.
- "Quien es el culpable", de José P. Alvarez y A. Gonzalez Revilla. Estrenada en el Teatro Apolo, el 18 de agosto de 1921.
- "El campeón de box", de Florencio Parravinici. Estrenada en el Teatro Apolo, el 25 de agosto de 1921.
- "Mefistófeles", de Alberto Ballestero. Estrenada en el Teatro Apolo, el 8 de septiembre de 1921.
- "Madre", de Enzo Aloisi y Miguel Lacreu. Estrenada en el Teatro Apolo, el 20 de septiembre de 1921.
- "Un viaje al infierno", de Carlos Schaefer Gallo. Estrenada en el Teatro Apolo, el 8 de octubre de 1921.
- "Escríbame una carta señor cura", de Ballestero y Parra. Estrenada el 8 de noviembre de 1921.

1922 - Compañía Cesar Ratti:

- "Capaz de domar un potro", de Alberto Ballestero. Estrenada en el Teatro Apolo, el 15 de marzo de 1922.
- "Corrida de toreros" de V. Pecci y de A. de Bassi. Estrenada en el Teatro Apolo, el 18 de abril de 1922.
- "El hombre del día", de Ossorio e Insausti. Estrenada en el Teatro Apolo, el 25 de abril de 1922.
- "El bailarín del cabaret", de Manuel Romero. Estrenada en el Teatro Apolo, el 12 de mayo de 1922. En esta obra estrena Ignacio Corsini el tango "El patotero sentimental", de Manuel Jovés y Manuel Romero, convirtiéndose en uno de los sucesos de ese año 1922. Grabado por Ignacio Corsini y por Carlos Gardel ese mismo año.
- "La llegada de Charrúa", de Pedro Benjamín Aquino. Estrenada en el Teatro Apolo, el 19 de mayo de 1922.
- "El café del marsellés", de Francisco Collazo. Estrenada en el Teatro Apolo, el 28 de agosto de 1922. En esta obra Ignacio Corsini, entona el tango "El beso de la muerte", de Pérez Freire y Viergol.
- "La fija", de Julio F. Escobar. Estrenada en el Teatro Apolo, el 29 de septiembre de 1922.
- "A parís muchachos", de M. Flores y L. Ricur. Estrenada en el Teatro Apolo, el 13 de octubre de 1922.
- "Alí babá y los 40 ladrones", de Ivo Pelay. Estrenada en el Teatro Apolo, el 15 de noviembre de 1922.
- "Pepito y Juancito", de Armando Mook. Estrenada en el Teatro Apolo, el 13 de diciembre de 1922.

El 12 de mayo de 1922, se estrena entonces en el Teatro Apolo, la obra "El bailarín del cabaret", de Manuel Romero y en ella el galan cantor Ignacio Corsini, estrena el tango "El patotero sentimental". La obra se convierte rápidamente en un suceso, y el publico concurre a escuchar el nuevo tango que se ha convertido en un éxito en la voz del jóven cantor.

La Compañia estaba integrada en aquella oportunidad por los hermanos César y Pepe Ratti, Blanca Podestá, Emma Bernal, Pilar Gómez, Chela Cordero, Manuela Senisterra, Mary Rose, Mecha Caus, Carmen Méndez, Ada Peressini, María Esther Lerena, Victoria Corsini, Samuel Giménez, Alberto Puértolas, Vicente Sassone, Alfredo Lliri, Raul Castro y Ricardo Ruffa.

La escena en la cual el Caballero Cantor entona el nuevo tango, la describe con lujos de detalles Osvaldo Sosa Cordero, evocando el cuadro escénico con estas palabras:

" ... la revelación definitiva -y su posterior popularidad como cantor- llega la noche del 12 de mayo de 1922, en el mismo teatro y con la misma compañía cuando, interpretando el personaje de Lorena, en la "pieza novelesca" de Manuel Romero "El bailarín del cabaret", estrena el tanto "Patotero sentimental", del mismo Romero, con música de Manuel Jovés. El público se vuelca al Apolo atraído por la agradable pieza y por el notable cantor que, de riguroso "smoking", displicentemente apoyado en el respaldo de una silla, la rodilla derecha descansando en ella, canta en el cuadro del escénico "cabaret":

Patotero, rey del bailongo
patotero sentimental
escondés bajo tu risa
muchas ganas de llorar...

La atracción del cuadro se complementabe con las inolvidables dotes de bailarín de tango de que hacía gala la figura titular de la compañía (se refiere a César Ratti, reconocido bailarín de tango), virtud frecuente por lo demás en muchos destacados actores de la época..."

Ruben Pesce, nos trae mas recuerdos de aquella memorable representación, describiendo en detalle la escena del cabaret, escena en que Ignacio Corsini entona su nueva creación:

"En el cuadro del cabaret -en esos años característica esencial para el éxito de un sainete-, Ignacio Corsini con su esposa, Victoria Pacheco, y otros artistas de la compañia, ocupaban la primera mesa de la izquierda. Cuando desde el foso, la orquesta dirigida por el maestro Scolati Almeyda, atacaba con la introducción del tango, Corsini tomaba su silla, iba hasta el proscenio, la ponía en posición invertida, se tomaba del respaldo y apoyábase en el asiento con la rodilla derecho. Así -erguido, alto, rubio, vestido de smoking-, cantaba El patotero sentimental"

Tal fue el tremendo éxito del tango, que el público pedía numerosos bises en cada representación de la obra. Aparentemente esto habría despertado cierto "celo artísticos" en director de la Compañía, el afamado actor Cesar Ratti. En efecto, un domingo antes de la sección "vermuth", pidio a Ignacio que por cuestiones de tiempo, prescindiera de los númerosos pedidos del úblico y reprisara una sola vez el tango, concediendo un solo "bis". Sin embargo, a pesar de que Corsini respetó el pedido que le hiciera Ratti, el público insistió tanto que el director de la Compañía comprendió que debía permitir todos los bises requeridos por el público, que en aquella oportunidad fueron nada menos que cinco, según el interesante relato que hace Ruben Pesce.

Parece ser que este no habría sido el único episodio de tales carácteristicas, ni una situación de excepción para don Cesar Ratti. En efecto, bajo el título de "Broma angelical de Cesar Ratti", Roberto Casinelli, nos relata otro episodio que tuvo lugar cuando Agustín Magaldi actuaba para la Compañía del célebre actor, interpretando junto con Pedro Noda temas del repertorio nacional. Recordamos que Magaldi era por aquel entonces (1926), un jóven cantor que recien se iniciaba como profesional, y era por lo tanto incapaz de "robarle" público a Cesar Ratti, gran actor ya consagrado. Años despues Enrique Cadícamo, amigo y colaborador de Magaldi, rememoró la extraordinaria calidad humana que caracterizaba a Agustín, cuando Irene Amuchástegui lo entrevistó mientras escribía la biografía de la Voz Sentimental.

Veamos el relato de Casinelli, extraido de la cubierta del disco "La historia de Agustín Magaldi" (RCA Victor CAS-6035 CAMDEM):

"Don Pascual Carcavallo los interesa (al dúo Magaldi-Noda) para el Teatro Smart y el empresario los contrata para reforzar el elenco de la obra de Pablo Suero y Pascual Contursi "Maldito cabaret" o "Cachito Patotero" interpretado por la Compañía de Cesar y Pepe Ratti. Debutan el 21 de agosto de 1926, compartiendo la parte musical con la Orquesta de Juan Maglio Pacho. Se realizaban tres o cuatro secciones diarias a teatro lleno y cada día gustaban mas los estrenos de Agustín Magaldi (solo) tales como el vals "Marchetta" en versión de Tagle Lara y el tango "Trapo viejo", del mismo autor. En varias oportunidades debió bisar "Marchetta" atrasando la sección o molestando al "capo cómico" César Ratti. De otra manera no hubiera salido a escena vestido de mujer para bailar al compás del dramático vals que cantaba Magaldi. Tal situación provocaba la hilaridad del público e intranquilizaba al cantor logrando con esa astuta intervención restarle aplausos a Magaldi y adjudicárselos él también por "colaborar" tan ingeniosamente en el número de mayor atracción popular de esa temporada teatral. ¡César Ratti no quería perder...!"

Es evidente que los bises "lo sacaban" a don Cesar Ratti ...


El Patotero sentimental

Días antes del inminente estreno de la obra, Manuel Jovés se había presentado en el Teatro Apolo, al finalizar una función, con la música para la letra que había escrito para la ocasión el autor de la obra, Manuel Romero. Señalamos por nuestra parte que probablemente se trataba de una de las últimas funciones de "El hombre del día", estrenada el 22 de abril de 1922, obra previa al estreno de "El bailarín del cabaret" presentada por la Compañía.

Una vez desalojados los espectadores del teatro, evoca en su obra de obligada consulta Rubén Pesce, se reunieron en el foso de la orquesta alrededor del piano, Ignacio Corsini, acompañado por su esposa Victoria Pacheco y su hijo Ignacio de once años de edad, Manuel Romero, los hermanos Ratti, y Manuel Jovés quien pasó varias veces en el piano la nueva composición para que los presentes juzgaran su composición, realizando así un primer ensayo. Una vez estrenada la obra, el Caballero Cantor sería secundado, en todas las funciones en las que interpretara "El patotero sentimental", por la orquesta del Teatro Apolo, dirigida por el maestro Félix Scolatti Almeyda.

En aquellos momentos Ignacio Corsini supo de inmediato que "El patotero sentimental" sería un éxito. En efecto, esa misma noche al regresar del teatro con su familia, mientras caminaban rumbo a una panadería donde compraban el pan "recien salido de una tercera horneada" para luego ir a cenar a su hogar, su hijo Ignacio iba silbando la melodía del nuevo tango recien ensayado, asombrando a su padre. Corsini supo así que el tango en cuestión iba a ser "entrador".

Luego del éxito rotundo de la obra y a la luz de la creciente popularidad del nuevo tango, Carlos Gardel, concurrió al teatro a ver la representación y escuchar personalmente la interpretación de Ignacio Corsini. Al finalizar la función concurrió al camarín del galan cantor y felicitándolo por su interpretación le pronosticó un futuro brillante en el camino del canto popular.

En rigor debemos señalar que "El patotero sentimental", es sin duda el primer éxito de Ignacio Corsini, no solo como intérprete de tangos, sino como cantor. Esta creación lo proyecta tempranamente a lo que será su brillante carrera como solista, que iniciará ya alejado definitivamente de las tablas en 1928, y que lo mantendrá por mas de 20 años encumbrado entre las mas importantes figuras de la canción nacional.

Por aquel 1922, si bien es cierto que el Caballero Cantor hacía ya dos años que grababa regularmente para la casa Max Gluksman, aún no estaba definitivamente consolidado como cantor en el gusto del público, y bien se podría decir que era mas conocido -al menos en la ciudad de Buenos Aires- como actor teatral que como intérprete. Es posible sin embargo, que en el interior, lejos de los escenarios de la capital, seguramente fuera mas conocido por su labor fonográfica como cantor, y menos con la de actor teatral. De hecho por aquellos tiempos los ingresos de la familia Corsini provenían casi en su totalidad de la permanente actividad teatral que desarrollaban tanto el Caballero Cantor como su esposa la actriz Victoria Pacheco. Basta, para comprobarlo, con echar un vistazo a la cantidad de obras teatrales en las que ambos participaron en el primer lustro de la década del 20. No era casual tampoco, que por esos años Corsini y su familia vivieran en la calle Corrientes, tan cerca de aquellos teatros donde permanentemente debían concurrir a ensayar y a representar gran cantidad de obras.

De todas formas, hasta la edición de "El Patotero sentimental", Corsini no había registrado mas que un puñado de discos.

En efecto, hasta la aparición del disco N° 18.041, se habían editado apenas 30 discos del Caballero Cantor.

La edición del disco 18.401 contenía en su lado A, "El patotero sentimental", con el acompañamiento de la Orquesta de Roberto Firpo, mientras que en su faz B, presentaba el estilo "Despedida" de autoría del propio Ignacio Corsini, acompañado con guitarras.

Si bien Ignacio Corsini realizó una importante cantidad de grabaciones acompañado por la Orquesta de Roberto Firpo, era previsible que "El patotero sentimental" contara con acompañamiento orquestal, pues así lo interpretaba en sus exitosas presentaciones en el Teatro Apolo, con la Orquesta dirigida por Scolatti Almeyda.

El dato curioso es que este disco fue editado en dos tiradas distintas, la primera conteniendo la versión registrada bajo el número de matriz 845-II, y la segunda conteniendo una versión posterior bajo el número de matriz 924-I, ambas con el acompañamiento de Firpo.

En el sector ubicado a la izquierda de este trabajo, encontraran los samples de audio que contienen ambas versiones completas masterizadas, mas un bonus track: la canción "Tus suspiros", que pertenece a la misma de grabación de la segunda versión de "El patotero sentimental", y que fuera registrada ese mismo día con el número de matriz 925-I.

Es posible especular que las dos primeras versiones inéditas de la obra (845 y 845-I), hubieran sido grabadas con acompañamiento de guitarras, y luego ante la notable diferencia que seguramente tendrían con la versión teatral, se haya decidido grabar la versión con la orquesta de Roberto Firpo. Esto, obviamente, no lo podemos corroborar y no pasa de ser una mas que una mera especulación, pero nos parece al menos una suposición interesante de considerar.

Finalmente registrará por última vez, en 1930 y con el acompañamiento de su terceto de guitarras (Pagés, Pesoa y Maciel), dos nuevas versiónes de "El patotero sentimental", con sistema de grabación eléctrica Verotón. Las mismas han permanecido inéditas y han llegado a nuestros días a través de discos de prueba.

En síntesis, siete serían entonces las versiones del "Patotero sentimental", registradas en la cera por el Caballero Cantor, de acuerdo con el siguiente detalle:

845 1922
845-I 1922
845-II 1922
924 1922
924-I 1922
e-5780 10/07/1930
e-5780-1 13/08/1930

Dado el suceso y la extrodinaria popularidad del tango, Carlos Gardel lo lleva al disco registrando dos versiones bajo los números de matrices 954 y 954-I, es decir pocos días despues de que Ignacio Corsini registrara sus matrices 924 y 924-I.

Decíamos párrafos atrás que para aquel año 1922, Ignacio Corsini era probablemente mas conocido como actor teatral que como cantor, y que se habían editado hasta el momento del estreno de "El bailarín del cabaret", un poco mas de una veintena de discos (prescindiendo obviamente de la serie Victor de 1912, que a esas alturas había pasado totalmente al olvido para el público, y la cual bien lo sabemos, no era para nada del agrado Don Ignacio).

En efecto la serie de discos Nacional Odeon, se inicia en 1920 con el número 201 y se extiende hasta disco número el 230, para reiniciarse empalmando con una nueva serie a la que se le asigna el número 18.401. Este disco es precisamente el que contiene en su faz A al "Patotero sentimental".

Al respecto debemos señalar como detalle de importancia a la hora de estudiar cualquier discografía, que los números de matrices no mantienen correlatividad con los números de disco, por lo que al si bien al momento de grabar su versión de "El patotero sentimental", Corsini había registrado solo 24 matrices originales (con sus eventuales repeticiones, según el caso), al momento de publicarse la edición del disco 18.401, ya habían sido editados en realidad 30 discos, con 28 matrices y dos repeticiones (30 lados en total).

El Caballero Cantor había iniciado su serie de grabaciones para el Disco Nacional Odeón, de Max Glücksman, como señaláramos párrafos atrás, en 1920, pero debemos advertir que en relación a Carlos Gardel y al dúo Gardel-Razzano, había realizado en realidad bastante pocas grabaciones en ese mismo período de dos años:

1920
405 - Tortolita y chigolo - Disco Nacional Odeón 201 B
406 - Pobre mi china - Disco Nacional Odeón 202 B
407 - Popular tradición de esta tierra - Disco Nacional Odeón 201 A
408 - El último adiós - Disco Nacional Odeón 202 A

1921
478 - La muerte de milonguita - Disco Nacional Odeón 203 A
479 - Flor marchita - Disco Nacional Odeón 204 A
480 - Mis ilusiones perdidas - Disco Nacional Odeón 203 B
481 - Lamento - Dissco Nacional Odeón 204 A
520 - Un lamento - Disco Nacional Odeón 206 A
521-II - China hereje - Disco Nacional Odeón 205 A
522-III - Porqué me dejaste - Disco Nacional Odeón 205 B
523-I Recordando - Disco Nacional Odeón 206 B
638 - La mañanita - Nacional Odeón 207 A
639 - Amurado me dejaste - Disco Nacional Odeón 208 A
640 - A mi palomita - Disco Nacional Odeón 208 B
641 - Al pié de la reja - Disco Nacional Odeón 207 B

1922
724 - Pobre cotorro - Disco Nacional Odeón 212 A y Disco Nacional Odeón 226 B
761 - La brisa - Disco Nacional Odeón 209 A
762 - Santos Vega - Disco Nacional Odeón 209 B
763-I Mis harapos - Disco Nacional Odeón 211 A
792 - La payasa - Disco Nacional Odeón 226 A
792-I La payasa - Disco Nacional Odeón 210 A
793 - Despedida - Disco 1Nacional Odeón 8.401 B
794 - Por ella - Disco Nacional Odeón 210 B
799-I No me olvides - Disco Nacional Odeón 211 B
845-II El patotero sentimental - Disco Nacional Odeón 18.401 A
912 - El poder de tus ojos - Disco Nacional Odeón 212 A
916 - La muchacha - Disco Nacional Odeón 18.403 A
924-I El patotero sentimental - Disco Nacional Odeón 18.401 A
925-I Tus suspiros - Disco Nacional Odeón 18.403 B

Aclaramos que siguen las grabaciones en 1922, pero a los fines del presente trabajo concluimos este listado hasta la sesión de grabación en que realizó la segunda versión de "El patotero sentimental", sesíon en la cual grabó tambien acompañado por la orquesta de Roberto Firpo, la canción "Tus suspiros" de Firpo y el propio Corsini.


De patoteros y patotas bravas

El personaje del Patotero ha sido utilizado en innumerables oportunidades como parte de la temática de no pocas composiciones en la década del veinte, y en también en otras obras posteriores, como por ejemplo ocurre con el tango "Corrientes y Esmeralda", donde Celedonio Esteban Flores evoca a las patotas con los siguientes versos:

"Amainaron guapos junto a tus ochavas
cuando un cajetilla los calzó de "cross"
y te dieron lustre las patotas bravas
allá por el año novecientos dos... "

El "cajetilla" que hacía gala de su fama de deportista y hábil boxeador no es otro que Jorge Newbery, el cual es pintado de cuerpo entero con el breve e inspirado trazo de la porteñísima pluma del negro Cele, sin siquiera mencionarlo.

El "patotero"y las "patotas", eran personajes frecuentes en la Buenos Aires de fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Asi dan testimonio numerosas publicaciones de época.

Manuel Gil de Oto, en "La Argentina que yo he visto" (1917), realiza una interesante semblanza del personaje y define al "patotero", por oposición al "compadre" en los siguientes términos:

"Patotero es el compadrito de buena casa; el niño bien, borracho, mujeriego, bravucón y perdonavidas. El compadre es un obrero que no quiere trabajar; el patotero es el heredero acomodado, que es calavera porque se aburre de no hacer nada. El compadre es casi siempre rufían (Nota del blog: proxeneta) para darse buena vida; el patotero se lanza a la mala vida porque le sobra dinero, amistades e influencias para asegurarse la impunidad. Otra característica del patotero es que rara vez obra y daña individualmente, como el compadre; el patotero aislado, suele ser buen muchacho. Solo es temible en patota, cuando a la impunidad que le asegura su plata y su familia, puede sumar la impunidad del número y de la fuerza. Las diferencias de origen ya señaladas, entre el compadre y el patotero, determinan de antemano las diferencias del forzoso acabamiento, al llegar cierta edad en la que no son posibles ni las farras, ni los camotes, ni los becerros, no las otras liviandades, que son la diversión de compadritos y patoteros. El final del compadre suele ser el hospital o el presidio. El patotero, mas protegido y venturoso, suele acabar en un buen empleo del Estado, en diputado de la Nación, y hasta en Ministro".

Señalando que "no hay ni hubo patoteros sentimentales", recuerda Francisco García Giménez, que todos ellos eran crueles señalando que Manuel Romero, por su profesión periodística, tenía presente el suceso drámático ocurrido la noche del 12 de febrero de 1911: "... el pobre bohemio melenudo Abel Gutiérrez Conti -familiar atorrante inofensivo, del centro porteño-, harto de las cotidianas befas de la patota se armó de un revolver y, tras soportar esa noche una persecución despiadada de cinco cuadras por la avenida, mató de dos balazos al temerario estudiante Debenedetti, frente al número 744..."

Forman parte del presente trabajo, disponibles para escuchar en el sector izquierdo de este blog, las versiones remasterizadas de "El Patotero sentimental", registradas en 1922 por Ignacio Corsini bajo las matrices números 845-II y 924-I y la versión de la canción "Tus suspiros", registrada bajo la matriz 925-I.


Crónica del estreno de "El bailarin del cabaret " - Caras y Caretas (27/5/1922)

A quince días del estreno de "El bailarín del cabaret", en la edición de Caras y Caretas del 27 de mayo de 1922, en la sección "Los teatros y la música en Buenos Aires", se publica una cruda y descarnada crítica de la obra, firmada por José Ojeda, el cronista de espectáculos de la revista. Fiel a su estilo despiadado, Ojeda formula duros comentarios sobre la obra, los actores y la pieza musical cantada por Corsini. Veamos pues sus impresiones sobre aquella jornada del 12 de mayo de 1922, por cierto diametralmente opuestas a las del público que llenó la sala durante incontables funciones:

"La compañía de don César Ratti ha estrenado a principios de mes el drama cinematográfico El bailarín del cabaret, de don Manuel Romero. Un hombre honrado y su sirviente prometieron a un moribundo tomar bajo su protección a una hija que dejaba en cierto colegio de la ciudad; aquel se hace pasar por padre de la muchacha, sin miramiento alguno por la documentación del registro civil, y a poco andar se enamora de su pupila cuando ella ya se ha comprometido con un perdido. El hombre honrado tiene que confesar a su hija que no es su padre, y la niña, indignada de la superchería, olvida todo el cariño que se le había despertado por el hombre honrado para huir con el hombre perdido. Después de años, el hombre honrado se arruina en la bebida y tiene que sostenerlo el sirviente, trabajando como bailarín de un cabaret. Allí viene, como es natural, la antigua hija adoptiva, y con ella viene también su seductor. La joven echa sus brazos al cuello del hombre honrado y borracho, el sirviente descerraja un tiro sobre el hombre perdido, y se deja prender dando sanos consejos de trabajo y regeneración a su ex patrón.

La falsedad psicológica y teatral de la pieza va compensada con el delineamiento un poco grueso y descuidado del protagonista, el sirviente abnegado, fiel y perfecto de los cuentos antiguos.

La escena del cabaret sirve para presentar las conocidas figuras de ese medio, y no falta, por cierto, el tango cantado y la danza mas o menos exótica, trozos predilectos del público y recursos de mala ley para cebarlo.
El señor Ratti descuella en el desempeño del protagonista a una altura no alcanzada ni de lejos por los que lo rodean."

Queremos hacer especial mención y agradecimiento a nuestro estimado amigo Carlos Piccio, gracias a cuya gentileza pudimos reproducir esta interesante crónica.

Fuentes:
- Dr. Ignacio Corsini (h.): "Ignacio Corsini, mi padre" - Editorial Todo es Historia - 1977
- Diario La Nación -26/12/2002
- Diario La razón - 28/7/2009
- Caras y Caretas - Edición del 27/5/1922
- Sosa Cordero, Osvaldo: "Historia de las varietés en Buenos Aires 1900-1925". Editorial Corregidor - 1978
- Pesce, Ruben - Selles, Roberto: "La historia del Tango. Las voces del Tango. Ignacio Corsini.". Editorial Corregidor- 1978
- García Giménez, Francisco: "Así nacieron los tangos" - Editorial Losada - 1965
- Marambio Catán, Carlos Marambio: "60 años con el tango". Editorial Freeland - 1973
- Morena, Miguel Angel: "Historia artística de Carlos Gardel". 5° edición ampliada y definitiva. Editorial Corregidor - 2008
- Suarez Danero, E.M.: "El sainete". Centro Editor de America Latina - 1970
- Ordaz, Luis: "El Teatro Argentino". Centro Editor de America Latina - 1971 - Gil de Oto, Manuel: "La argentina que yo he visto". 1917
- Casinelli, Roberto: "La historia de Agustín Magaldi" - Disco RCA Victor CAMDEM - CAS-6035

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