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miércoles, 10 de febrero de 2010

Reportaje a Ignacio Corsini a seis años de su retiro

El caballero cantor concede un reportaje que se publica el 3 de junio de 1954

En el año 1954, se publica una nota con un reportaje a Ignacio Corsini en la revista "La cumparsita". La nota, interesante de por sí porque contiene afirmaciones vertidas por el propio Corsini, contiene además algunas fotos muy poco vistas, aunque lamentablemente demasiado retocadas.

Sin perjuicio de que la nota viene de primera mano, el reportaje contiene muchas inexactitudes. Algunas de ellas debidas al recuerdo de Corsini de hechos que habían transcurrido muchos años atrás, otros tal vez cometidos deliberadamente y algunos mas debidos a la pluma del cronista.

Entre los "errores "que mas llaman la atención, se encuentra el lugar de nacimiento del Caballero Cantor. En efecto señala que fue en "Boedo, entre Venezuela y Belgrano", cuando en realidad había nacido en Italia. Es posible que así lo haya señalado para no dar a conocer que había nacido en el extranjero, aunque en su edad adulta había obtenido la ciudadanía argentina. Resulta muy llamativo que el lugar que indica corresponde al barrio en que pasó parte de su infancia y juventud, lugar donde de alguna manera podría afirmarse que en verdad "nació" como artista. Por otra parte debemos recordar que Ignacio Corsini siempre se sintió profundamente argentino. Lo dicho quizá explique el porque de su manifestación respecto al lugar de su nacimiento.

Otra situación que no aparece demasiado clara es el hecho de que Corsini señala que cuando se traslado para trabajar como peón en una estancia de Carlos Tejedor (Provincia de Buenos Aires), lo hizo con sus padres. Bien puede haber sido un error del cronista. Se sabe que Ignacio Corsini se traslado sin la compañía de familiar alguno a la estancia de Carlos Tejedor. Por otra parte, no conoció a su padre. Sin embargo seguramente debe ser cierto que sintió una enorme pena al ser trasladado con solo doce años de edad (1902) al campo lejos de todo lo que conocía, así como su recuerdo a una figura muy importante de su infancia, el "negro" Domingo, que fue quien le enseñó las primeras canciones criollas y a pulsar la guitarra.

Respecto de sus primeros años luego del retorno de Carlos Tejedor, señala en varias oportunidades las dificultades para poder sobrevivír en la Buenos Aires del Centenario, haciendo hincapié a la "falta de recursos y de medios", y la necesidad de desempeñarse en todo tipo de tareas para poder vivir. Se sabe que realizó tareas de albañilería como frentista, por aquellos tiempos en que los frentes de las casas eran decorados con profusión de molduras y otros ornamentos.

Deja ver en sus palabras el enorme esfuerzo que debió realizar para poder llegar al lugar de privilegio que ocupó como cantor nacional.

Respecto de la filmografía de Ignacio Corsini, se omiten sus intervenciones en la era del cine mudo y la realización de la película "Rapsodia gaucha", y se incurre en errores cronológicos que lamentablemente son propios de este tipo de reportajes.

En relación a su carrera como cantor, si bien ya había obtenido gran éxito antes de 1929, deja entrever claramente que, en lo que a cuestión de popularidad masiva se refiere, hubo en su carrera un "antes y un despues" a partir del estreno de "La pulpera de Santa Lucía".

El principe de la canciòn. Figura inolvidable

Existió una época, llamada de Oro, en que tres grandes figuras de nuestro cancionero ponían la prestancia de su fibra, de su personalidad insdiscutida y de sus dotes personales, recia, identificable en cuanto el oyente se ponía en contacto con sus voces: fueron ellos Carlos Gardel, Agustín Magaldi e Ignacio Corsini.
Las tres han quedado ya en el cielo de las estrellas fijas, que a través del tiempo seguirán regulgiendo como en el primer instante. Dos de ellas, desaparecidas, pero la tercera, encarnada en Ignacio Corsini, aún sigue poniendo la nota de recordaciòn y de brillo en el mundo artìstico y en la emociòn de nuestro cancionero popular.
En el tiempo en que el popular cantor difundìa con su voz caracterìstica y personal "La pulpera de Santa Lucía", no todo era fácil para los que deseaban la fama, para los que en busca del triunfo, ponían su mejor empeño en hacer de su arte el medio de llegar al corazón del pueblo. Sin embargo, Ignacio Corsini, con su voz llena de ensoñación y emotivo tono, consiguió bien pronto colocarse en lugar de privilegio.


Hablamos con Corsini

Para mejor llegar a una comprensión sobre la trayectoria de la vida del popular cantor, nada mejor que hacerlo hablar a él mismo, para lo cual lo entrevistamos.

-¿Dónde nació usted, Ignacio... ? - Le preguntamos

- En un barrio que en aquel entonces daba figuras de mucho renombre, y desde donde salieron luego otras muchas más que pusieron oro a las pàginas de nuestro cancionero. Nací en Boedo, entre Belgrano y Venezuela.
- Tiempos difìciles aquellos ¿verdad...?

- Si; para los que debían ganarse la vida en el mundo del arte, no era nada fácil hacerlo. Los medios eran limitados y el campo de acción restringido. Allí aprendí a querer lo nuestro, escuchando los mejores cantores y payadores de la época. recuerdo que en los boliches de la zona, recalaban lo mejorcito que existía, y a mí se me hacía agua la boca oyéndolos expresar en un canto la maravilla de nuestro cancionero,

- Y luego... ¿Comenzó de inmediato a actuar...?

- No, por cierto. A los doce años mis padres se instalaron en la localidad de Carlos Tejedor. CUando salimos para allá fué como si me hubieran arrancado un cacho de alma. Solamente el pensar que debía abandonar los lugares donde podía estar cerca de los cantores, ya me producía pena...

- Sin embargo sabemos que en Carlos Tejedor, fué donde dió los primeros pasos en el camino del éxito...

- Tanto como eso no. Pero sí fué donde pude ponerme en contacto con lo que tanto quería: las canciones. Un paisano, llamado Domingo, los días que no trabajábamos, me enseñó a tocar la guitarra. El lo hacía con cierta habilidad, y lo que le faltaba de conocimiento, lo ponía en sentimiento. Con el aprendí las primeras canciones. Eran estilos que nunca olvidaré...

- Eso quiere decir que no había olvidado su primera idea, de llegar un día a ser un nuevo cantor en el mundo de los cantores...

- En efecto... - rememora Corsini-. Creo que ya llevaba en mí bien definida la vocación, y que sólo necesitaba el momento y la oportunidad para expresarla... Cuando regresamos, ya estaba dispuesto a no abandonar jamás mi inclinación...

- ¿Actuó en seguida...? - Interrogamos.

- No; los medios de vida eran escasos en aquel entonces y debí dedicarme a ganarme la vida trabajando en lo que caía. Creo que eso también contribuyó a que fuera formándome una mejor visión de lo que era la vida, y al mismo tiempo a querer más y más la emoción del pueblo.

Nota del blog: En la fotografía de la derecha, se ve a Ignacio corsini, acompañado de sus guitarristas Armando Pages, Rosendo Pesoa y Enrique Maciel, en los estudios de Max Glülcksmann, frente al micrófono de la sala de grabación, frente al cual, entre otros, cantaron Carlos Gardel, Mario Pardo, el dúo Ruiz-Acuña, etc. La fotografía podría ser datada aproximadamente alrededor de 1930, y fue tomada en los estudios que Max Glücksmann había habilitado en los altos del Cine Teatro Grand Splendid, ubicado en Santa Fé y Callao. Recordamos que el edificio del Grand Splendid, fue inaugurado en 1919 y contaba con una imponente sala con cuatro hileras de palcos y una platea para 500 personas.

Epoca de circo glorioso

La suerte dió un golpe de timón al destino de Ignacio Corsini. Ya en la Capital Federal, comenzó su noviazgo con quien luego fuera su esposa mejor compañera, la hija del famoso actor circense Pacheco. Corsini era joven pero lleno de entusiasmo. Sabía, por un oscuro presentimiento, que habría de llegar a la meta de su destino. Y eso comenzó una noche en que su futuro suegro, en ese entonces, debía trabajar en el circo de don Pepe Podestá, reemplazando a Huberto Zurlo, Corsini fue también para acompañarlo, y en el camarín se largó a cantar para entretener el momento. Una voz le interrumpió. Era don Pepe Podesta, que le decía:

- A ver, che...; cantá de nuevo...

Ignacio Corsini, un poco emocionado, repitió sus canciones, y al finalizar le dijo don Pepe:

- ¿Querés cantar en las fiestas gauchas de la obra...? Estamos haciendo "Martín Fierro" y vos podés trabajar...

Con un nudo en la garganta de pura emoción, Ignacio Corsini dijo que si. Precisamente era lo que estaba esperando. Un lugar desde donde hacer valer sus méritos. Y así empezó. Corriá el año 1910, y desde entonces la voz de Corsini sigue poniendo su nota personal y recia en el cancionero autóctono.
El mismo corsini reanuda el hilo de los recuerdos.

- Vuelvo a repetir que no era nada fácil entonces lograr que el público se fijara en uno, aparte de que los medios eran precarios.

- ¿Comenzó a trabajar en el circo...?

- Sí; comencé a trabajar de galçan en los viejos romances teatrales que vivían bajo la lona del circo. Lo hice hasta que comenzó a declinar la estrella del mundo circense y desaparecieron los dramas del picadero. Trabajé, empero desde el año 1910 al 1920, pasando desde el circo de don Pepe Podestá al Casano y otros muchos de entonces.


Amigo de Gardel
Como no podía ser menos, Ignacio Corsini fué gran amigo de Carlos Gardel. El Morocho del Abasto se contó entre los mejores amigos que tuco y de él tiene recuerdos inolvidables.

- A Carlitos lo conocí en el año 1913, allá en Bahía Blanca, y desde entonces nuestra amistad jamás decayó. Por el contrario cada uno de nosotros estuvo siempre pronto para acudir en ayuda del que necesitara algo. Con Gardel procuramos siempre colocar a nuestro cancionero por encima de todos los intereses y por cierto que puedo asegurar que luchamos bastante para lograrlo.

- Al abandonar la vida del circo, ¿que hizo...?

- Entré a trabajar con la compañía de Pepe Ratti. Estaban representando en el teatro Apolo "Nido de cóndores". Trabajé de galán joven de la compañía. Mi actuación en el circo me había dado aplomo y experiencia. Pero no fué hasta dos años despúes que comenzó mi verdadera ascención en el camino del éxito. Estrené en aquel entonces, en la misma sala y con la misma compañía el tanto "Patotero sentimental". Fué un suceso y don Mauricio Godard me llevó a grabar a la firma de los discos Nacional.


Surge como cantor

Tanto trabajo y tantos sacrificios, denían dar sus frutos. No en vano Ignacio había estado tantos años batallando en la brecha para abrirse camino. Pese a que aún seguía desempeñándose como actor al frente de las compañías de la época, era evidente que su mundo y su verdadera personalidad estaba en la canción. Solamente faltaba el trampolín para dar el salto, y eso llegó con una canción que llegó a cobrar inmensa popularidad. Corsini, nos dice:

- Se abrió definitivamente mi camino con la pieza de Blomberg y Maciel "La pulpera de Santa Lucía", junto con "La mazorquera de Montserrat".

En esa parte de los recuerdos de Corsini, aún está fresco en nuestra memoria el éxito de ambas complsiciones, que en sus grabaciones se vendieron en cifras fabulosas tanto en nuestra capital como en el Uruguay y en otros paises.

Ya estaba consolidada la fama de Corsini. Su recia personalidad había logrado imponerse en el difícil mundo del arte y hacer brecha en la opinión popular, para constituirse indiscutiblemente en una de las primeras figuras mas cotizadas de nuestro cancionero.

- ¿Que hizo a partir de entonces? - queremos saber.

- Ah, desde ese momento comenzó una verdadera vida de trabajo. Posiblemente más labor que nunca, pero ya tenía la satisfacción de ver que no era en vano todo lo que luchaba. Desde ese salto, comenzaron a llegar las propuestas para actuar en un sitio y otro. Empresarios que dos o tres meses anter ni siquiera se hubieran dignado a escuchar mis propuestas de actuar para ellos, llegaban solos a proponerme negocios.

- ¿Hizo giras...?

- Por cierto. Aunque hubiera podido quedarme en la Capital ilimitadamente para dar umplimiento a los contratos que tenía, no por eso dejé de lado el irme por el interior. Sabía que mucho público quería verme y con ellos tenía un compromiso moral que cumplí todas las veces que pude. Y por cierto que siempre regresé más contento, comprobando que mi público me rodeaba de cariño y atenciones.

Ingresa en el cine

Nuestro séptimo arte, en el año 1930 estaba aún en pañales. Daba los primeros pasos para tratar de constituirse en un medio de eficiencia en el concierto de las películas mundiales. Para ese entonces necesitaba ampararse en figuras de renombre, que lograran concitar la atención del pueblo.


Y para ello, nada mejor que valerse de los mas altos exponentes de nuestro cancionero, entre los que se contaba Ignacio Corsini. A él, pues se recurrió, para que animara una de las películas de entonces. Debutó en el cine con "Idolos de la radio". La producción, exceptuando la labor de Corsini, era una muestra pobre del cine nuestro, pero con eso quedaba fijado el primer jalón por donde llegaría a ser lo que es hoy.

Seguidamente animó "Fortín alto", donde ya podía verse una mejora en la calidad de la presentación. Pero si bien la película en sí no era lo que debía, el trabajo interpretativo de Corsini estaba a la altura de su personalidad, y con ello consiguió un nuevo galardón en su vida artística. Ya había quienes pensaban en él cuando debían montar un espectáculo de jerarquía. Tal cosa ocurrió con Francisco Canaro, cuando en 1934, en el hoy desaparecido Teatro Sarmiento presentó la obra musical "La canción de los barrios". Con respecto a eso, nos dice Corsini:


- En esa obra interpreté el vals "Un jardín de ilusión" y el tnago "Yo no se por qué te quiero", que en seguida cobraron rápida popularidad. recuerdo que actuaban también Alicia Vignoli, Francisco Charmiello, Climent, Héctor Calcagno, Margarita Padín y el entonces cantor de Pirincho, Ernesto Famá. Hicimos una buena temporada y creo que fué allí donde pude respirar tranquilo en lo que concierne a mi porveir, ya que el público demostró en todo momento tenerme simpatía y no olvidarme...


Príncipe de la canción

No se había equivocado Corsini al decir que su público ya no lo olvidaría y que lo seguía fielmente por ser uno de los mejores exponentes de nuestro cancionero popular. La confirmación de su pálpito la tuvo un año después, por intermedio de un concurso organizado por una revista porteña. Se trataba de elegir por voto al "Príncipe de la canción". Comenzaron a llover las cédulas apoyando el nombre de Ignacio Corsini como el candidato más firma para el título. Y cuando se dió por finalizado el concurso, con el recuento se confirmó que había ganado por una amplia mayoría. El público adicto se había volcado por el nombre del cantor que representaba lo mejor que existía: Ignacio Corsini.

La vida del conocido cantor se multiplicó para dar cumplimiento a los diversos contratos que le llovían. Cine, radio, giras, confiterías...; las salas más cotizadas de la capital, del interior y de los países vecinos querían contarlo entre sus números de sólida atracción, ya que el solo anuncio de su presentación ya era motivo de interés.

Es curioso hacer notar que existió siempre una particularidad en el éxito de Ignacio Corsini. Desde el primer instante que se volcó en el camino del arte, siempre logró una corriente de simpatía en su torno. Es verdad que en los comienzos cuando se defendía desde la arena del circo de don Pepe Podestá, no lograba salir de la pequeña esfera de popularidad restringida, limitada en el mundo de los que acudían a los espectáculos circences. Pero siempre su nombre iba quedando impreso en el recuerdo. Se afirmó esta característica cuando ya levantó la proa y pasó al teatro con Ratti, para afirmarse con Canaro y su posterior actuación.


Nota del blog: El epígrafe de la fotografía dice "Año 1936: la revista El Suplemento, organiza un concurso en el que votó el público de todo el país y que duró un año y medio, a través de ese certamen se consagró Principe de la Canción a Ignacio Corsini. La nota (gráfica) dice de la entrega de un premio con ese motivo por parte del señor Campos, director de esa publicación.


Corsini de hoy


El Ignacio Corsini de hoy sigue siendo el mismo entusiasta Corsini de siempre. Si bien se retiró de la actividad artística en el año 1949, aún sigue recorriendo los viejos lugares de sus mejores éxitos y cultivando sus amistades como siempre.

Ahora, cubierto de gloria y rodeado del cariño de millares de admiradores que no lo olvidan, ya acogido a la jubilación, repasa el mundo de sus recuerdos y está "siempre pronto a reeditar un éxito más, aunque sea en la intimidad de una fiesta familiar".

El año 1891 vió nacer a Ignacio Corsini, y desde entonces acá, a fuerza de lucha, con la base de su personalidad, su capacidad de trabajo y el tesón de una voluntad inquebrantable, fué dejando recuerdos en su camino hasta llegar a formar un solo recuerdo en el corazón de todos, porque el nombre de Ignacio Corsini, que tanto brillo dió a nuestro cancionero, jamás dejó de brillar con luces propias. Ni aún ahora, que vive retirado del arte, sino que por el contrario, sigue firme en el recuerdo del pueblo que lo estima y lo aplaude, ratificándolo ahora, con la reedición de las grabaciones del popular cantor, y cuando puede brindarle personalmente su aplauso así lo hace, porque sabe que está frente a un digno y entero artista, merecedor de su mejor reconocimiento.



domingo, 7 de febrero de 2010

Ediciones extranjeras de Ignacio Corsini. Segunda parte

Numerosas ediciones de discos del Caballero Cantor se publicaron en el extranjero, en especial durante la década del veinte

Continuando con nuestro trabajo anterior (ver AQUI), en el que analizábamos distintas ediciones extranjeras de Ignacio Corsini, alguna de ellas conteniendo obras no publicadas en Argentina, y en otros casos tomas inéditas distintas a las publicadas originalmente en nuestro país, debemos comenzar señalando que probablemente los dos países donde mas ediciones se registran sean Brasil y Chile. Respecto de la hermana República Oriental del Uruguay, los discos del Caballero Cantor, en aquella época eran importados directamente desde Argentina, ya que Odeón no tenía representantes locales. Recordamos a propósito, que el propio Max Glücksmann, era el dueño de una cadena de cines y teatros en Uruguay, la cual era gerenciada por su hermano menor Bernardo Glücksmann.
Es especialmente en Brasil, donde se han encontrado gran cantidad de ediciones originales de discos de Ignacio Corsini, las cuales fueron publicadas particularmente durante la década del 20.

En efecto, se ha registrado una cantidad importante de discos acústicos, algunas de sus primeras grabaciones eléctricas (1926-1927) , y otras ediciones pertenecientes a la serie de grabaciones eléctricas realizadas bajo sistema Verotón (1927 en adelante). Debemos señalar particularmente en el caso de estas últimas grabaciones, que la empresa liderada por Max Glücksmann había logrado una notable calidad de sonido y nitidez, siendo para su época excelentes grabaciones. La primera serie de grabaciones eléctricas había sido prácticamente experimental y las pocas matrices que fueron editadas comercialmente revelan su poco lograda nitidez, siendo el sonido capturado por los incipientes micrófonos pobre y en no pocos casos con distorsiones.

Llama la atención que se hayan publicado en Brasil tal cantidad de discos acústicos de Corsini, en especial tomando en cuenta la diferencia del idioma, y principalmente el hecho de que en aquel entonces (1925-1927) Corsini aún no había alcanzado la proyección que logró en su etapa posterior. Recién en 1928, el Caballero Cantor se lanzará como cantor nacional, iniciando su brillante carrera solista.
Advertimos respecto de estas magnìficas ediciones brasileras, que sin perjuicio de la intrínseca imperfección que de por sí lleva toda grabación acústica, estos discos son de una cuidada manufactura y de una brillante y sonora impresión.

Estos discos fueron prensados en Río de Janeiro, por la fábrica de discos Odeon especialmente para la Casa Edison de Fred Figner , empresa que tenía la exclusividad de los discos Odeon en Brasil, siendo éste un caso similar al de Max Glücksmann en Argentina.

La Casa Edison, era propiedad de Fred Figner, conocido también como Federico Figner, quien era un pionero de la industria discográfica al igual que Max Glücksmann. Figner había nacido en el entonces Imperio Austro Húngaro el 2 de diciembre de 1866, y luego de pasar un breve tiempo por EE.UU donde se había naturalizado como ciudadano norteamericano, desembarca en 1891 en Belen/Brasil, trayendo consigo un fonografo para exhibición pública.

Curiosamente Federico Figner, vendrá a Buenos Aires en 1896, y presentará el día 20 de julio, su Vitascopio (fabricado por Thomas Edison), en Florida al 100. Algunos espectadores volvieron mas de una vez a ver estas "vistas": Enrique Lepage, Eugenio Py y Max Glücksmann, propietarios y empleados de un comercio de artículos Fotografía.

De acuerdo con las investigaciones realizadas por el Museo del Cine "Pablo Ducros Hicken", la producción cinematográfica local, se iniciará cuando Figner, en noviembre de 1896 filme paisajes secundado por José Steimberg. En efecto, Figner filma las tres primeras "vistas" de la ciudad de Buenos Aires el 24 de noviembre de 1896, siendo estos los primeros films realizados en el país. Estas películas fueron realizadas mucho antes que Eugenio Py, utilizando una cámara "Gaumont", filmara en 1897 "La bandera argentina", considerado erróneamente como el primero realizado en nuestro país. El film del pionero belga, consistía en una vista de la bandera argetina flameando en Plaza de Mayo.

En 1900 publica su primer catálogo comercial de cilindros grabados en Río de Janeiro. En 1902 se anuncia por primera vez como “Casa Edison” de Fred Figner. Había nacido la primera compañía discográfica brasilera. En 1912 Figner firma un contrato con la International Talking Machine para la instalación de una fábrica de discos en un terreno de su propiedad.

La fábrica tenía los mas modernos equipos de su época y era capaz de producir en 1912, un millón y medio de discos por año (a un ritmo de un disco cada tres minutos). Contaba con 150 empleados y tenía una planta de reciclaje de productos rechazados y de saldos de discos no vendidos. El 21 de dicimbre de 1912 es prensado por vez primera un disco totalmente producido en Brasil, por la empresa “Odeon” de Río de Janeiro. Con el correr del tiempo Odeón terminaría por hacer desaparecer a la “Casa Edison”. Fred Figner fallece en Río de Janeiro el 19 de enero 1947.

Si bien estos discos fueron editados partiendo de las matrices originales que Max Glücksmann enviara a Río de Janeiro, lo cual de por si le da buen sonido, los materiales con que fueron prensados eran de excelente calidad y aún hoy nos asombra la excelente performance de estas inallables placas.

La ediciones de discos acústicos brasileros de Ignacio Corsini y las primeras grabaciones eléctricas (1926) detectados hasta la fecha, corresponden a los años 1925 y 1926, y han sido comercializadas originalmente en ediciones con letras doradas y etiquetas de color morada, luego azúl y finalmente azúl eléctrico. En cuanto a las ediciones de grabaciones eléctricas, existen ejemplares correspondientes a los años 1927, 1928 y 1929, en ediciones con letras doradas y etiquetas azúl claro y posteriormente azúl oscuro.

Ediciones acústicas de Ignacio Corsini editadas en Brasil


18436 A - Destellos (2828) - Tango
18436 B - Trago amargo (2829) - Tango

18437 A - Sarita (2826) – Tango. 1925
18437 B - Mi perdón (2542) – Tango. 1925

18456 A - La carreta (3499-I) – Zamba. 1925
18456 B - Criollazo (3573) – Tango. 1925

18465 A - Lamento criollo (3934) – Tango. 1926
18465 B - La casita blanca (4213) – Vals. 1926

18471 A - Clavelito rojo (4579) – Tango. 1926
18471 B - Cuando (4251) – Chacayalera. 1926

18477 A - María (4440) – Vals. 1926
18477 B - Violetita (4448) – Tango. 1926

Con excepción de los discos 18437, 18471 y 18477, los restantes ejemplares son acoples distintos a las ediciones originales publicadas en Argentina en aquella época. En efecto en el serial argentino los discos 18456 y 18465 contienen las siguientes obras:

18456 A - La carreta - (3499-I) - Zamba
18456 B - Señor (3575-I) - Tango

18465 A - Acordes (3826) - Tango
18465 B - Lamento criollo (3924) - Tango


Por otra parte destacamos que los temas "Criollazo" y "La casita blanca", fueron editados en Argentina con distintos acoples bajo los números:

18457 A – Criollazo (3573) – Tango
18457 B – Ecos de Arabia (3574) – Fox-trot

18472 A – Un chico bien – (4211) – Tango
18472 B – La casita blanca – Vals (4213)


Grabaciones eléctricas de Ignacio Corsini editadas en Brasil

18481 A - Padre (e-23) – Tango. 13/11/1926
18477 B - Si la ven por estos pagos - Tango (e-22). 13/11/1926

1244 A - Noche callada (e-1000-I) – Tango. 8/7/1927
1244 B - Rezongos (e-474) – Tango. 22/2/1927

1355 A - Bandoneon (e-2030) – Tango. 10/2/1928
1355 B - Huella... huella (e-2029-II) – Canción. 24/2/1928

1378 A - La mazorquera de Montserat (e- 3998) - Tango
1378 B - La pulpera de Santa Lucía (e-3999-III) - Vals

1665 A - Entre dos luces (e-4590-I) - Zamba
1665 B - Desde que te fuiste (e-4636) - Estilo

Todas estas ediciones fueron publicadas con los mismos acoples, tal como se comercializaron en las respectivas ediciones argentinas, con la sola excepción del disco 1244 B – “Rezongos”, que fue editado en Argentina bajo el número 18488, lado A, con el acople en su lado B del tango “Que compadre” (matriz e-413). En cuanto al lado B del disco 1244 que contiene la toma (e-1000) de “Noche callada”, recordamos que la misma ha permanecido rigurosamente inédita en Argentina. En efecto en nuestro país, se publicó la matriz e-1000-I, bajo el número de disco 18499, con el acople en el lado B del vals “Sueños” (matriz e-1077).

Finalmente, debemos señalar que hay conocimiento que fueron numerosas las ediciones de Ignacio Corsini en Brasil (cercana a los cien discos). Esperamos con el tiempo poder completar la información en la medida en que vayan apareciendo nuevos datos y discos brasileros del Caballero Cantor.

A diferencia del caso de Carlos Gardel y del dúo Gardel-Razzano, no se han detectado hasta ahora tomas distintas de grabaciones acústicas de Ignacio Corsini, sin perjuicio de lo cual ello no quiere decir que no existan. No debemos descartar la aparición de otras "sorpresas" en el futuro.

El caso de Carlos Gardel es especial (ver el blog de Fabio Cernuda AQUI), ya que las ediciones brasileras mas antiguas detectadas hasta el momento corresponden al año 1922. En cambio las ediciones mas antiguas del Caballero Cantor detectadas hasta ahora datan de 1925.
En efecto se detectaron ediciones acústicas brasileras del Zorzal en las series de etiquetas anaranjada, roja, morada, azúl y azul eléctrico. Además son incontables las ediciones brasileras de sus grabaciones eléctricas, que fueron reeditadas hasta la década del cincuenta en 78 RPM. Esto es razonable, por el hecho de que Ignacio Corsini lógicamente no tuvo la misma proyección internacional que tuvo Carlos Gardel, ni tampoco alcanzó la popularidad que el Zorzal obtuvo en Sudamérica y Centroamérica principalmente gracias a la difusión de sus películas.

En el sector izquierdo del blog podrán escuchar las versiones completas masterizadas, tomadas de las ediciones brasileras de "Sarita", "Lamento criollo", "Violetita" y "Si la ven por estos pagos", en las cuales se aprecia, además de la lograda interpretación del Caballero Cantor, la calidad de estas ediciones y la nitidez de su impresión, debida en parte a la excelente calidad del shellac utilizado en el prensado.

Fuentes
www.gardelweb.com – Como hicieron su fortuna - Max Glucksmann
Museo del Cine "Pablo Ducros Hicken", Primera antología del cine mudo argentino - Dossier
Fabio Cernuda, http://www.blogger.com/www.carlosgardelgrabaciones.blogspot.com y http://www.blogger.com/www.ignaciocorsinigrabaciones.blogspot.com
Dr. Ignacio Corsini (h.): “Ignacio Corsini, Mi padre” – Editorial Todo es Historia (1977)
Caras y caretas. Edición del 27/11/1926
Arquivos sonoros - http://arquivossonoros.blogspot.com/

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